María del Mar Zarrías:”Luchamos día a día para que mi hija sea feliz”

Hace catorce años llegó a Aspace Jaén y desde entonces su vida ha transcurrido por carretera entre Fuerte del Rey y Jaén.

María Moreno, es una usuaria adolescente nacida en octubre de 2003 año en que comenzó su andadura ante una posible enfermedad rara. A día de hoy, a sus 14 años del edad, aún no tiene respuesta respecto al diagnóstico. Desde los comienzos de María en Aspace Jaén, está siendo atendida por un equipo de profesionales formado por especialistas en psicología y fisioterapia.

María del Mar Zarrías ha atendido a la web de Aspace Jaén donde nos comentaba así la llegada a Aspace Jaén: “Mi hija nació en 2003, a los cuatro meses de vida, la rehabilitadora, me aconsejó venir a esta asociación, la cual conocía por tener un familiar en Aspace Jaén, sin embargo, teníamos mucho desconocimiento sobre los servicios que podian ofrecer para mi hija. Era muy joven cuando nació María, desconocía la paralisis cerebral y las enfermedades afines, cuando te toca a ti directamente es cuando empiezas a conocer la realidad”.

María del Mar y su hija, junto con Elena García, psicóloga de Aspace Jaén

Las inquietudes de María respecto al diagnóstico, junto con la presencia de un grave retraso en el desarrollo evolutivo, han generado a lo largo de estos años numerosas dudas, y así nos lo comentaba María del Mar: “Al principio tuvimos mucho miedo para ver como evolucionaba mi hija. Había que luchar mucho para que ella avanzara. Después de estos catorce años, seguimos luchando, día a día, para que mi hija sea feliz”.

Para los padres de María el futuro para su hija es lo más duro: “Que ella no esté bien, que ella no se pueda defender en la vida, es sin duda lo más duro y eso no se va a poder cambiar nunca”. Además, añade, “sé que está bien atendida tanto en el colegio, como en la asociación, que no le falta cariño por ninguna parte y vemos que ella es una niña feliz. Todo el mundo nos lo dice”. finalizó.

Dichas dudas e inquietudes de María del Mar, no solo le han sido un freno, sino por el contrario, un motor de creación, imaginación y motivación para dar cabida a una mejora en la calidad de vida de su hija, junto con el apoyo incondicional de su marido.

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