¿Cómo se sienten los hermanos/as ante la llegada a la familia de un hermano/a con diversidad funcional?

En esta publicación  nos centraremos en los hermanos, en su reacción ante la llegada de su nuevo hermano o hermana, en cómo facilitar su adaptación a este cambio, en sus sentimientos y preocupaciones, ya sean los hermanos mayores o pequeños, y cómo estos van cambiando según su rango de edad.

Para cualquier niño o niña la llegada de un hermano supone un cambio en su vida, un nuevo rol en su familia y nuevas rutinas,entre otros aspectos. Estos cambios suelen afectar al comportamiento del niño, más si su hermano tiene diversidad funcional y es demasiado pequeño para comprenderlo.  Aunque cuánto más pequeños sean los hermanos más le puede costar entender la situación y aceptar a su nuevo hermano o hermana, no se debe de olvidar que también puede ser difícil para los de más edad.

Debido a que los padres deben dedicar mucha atención al nuevo bebé, esto puede da lugar a la falta de atención a su otro hijo provocando que el niño reaccione con sentimientos de celos, rabia o resentimiento, así como comenzar a mostrar conductas más inmaduras e infantiles que ya habían superado, por ejemplo, volver a hacerse pipí en la cama, chuparse el dedo, llorar por todo, etc. También es habitual que muestren comportamientos negativos que no los habían caracterizado previamente, como el pelearse y pegar a otros niños o tener rabietas frecuentes. Destacar que los hermanos mayores y medianos, aunque están preocupados por su nuevo hermano, necesitan tiempo para adaptarse a esta nueva situación.

Todos estos cambios que se dan en el niño son normales y desaparecen con el tiempo, pero es es aconsejable procurar no castigarle o regañarle por estas conductas e intentar entender que es su forma de demandar la atención y cariño de sus progenitores. La comunicación es muy importante en esta etapa, además de la sensibilidad para comprender sus sentimientos y las preocupaciones que están sintiendo.

Poco a poco empezarán a sentirse seguros y recuperarán su nivel de autonomía y modo de comportarse habitual. Si no es así, es aconsejable acudir a un profesional.

Consejos para los padres para facilitar en el niño o niña la llegada de su nuevo hermano o hermana:

➔ Animadle a expresar sus sentimientos y que os hagan todas las preguntas que tengan.
➔ Explicadles que vuestro cariño y atención hacia ellos sigue siendo el mismo y que, poco a poco, todo volverá a ser como antes.
➔ Buscad tiempo para dedicárselo a ellos, habladles, interesaos por su día a día.
➔ Decidles cuánto les queréis y daros besos y cariños como antes.
➔ Compartid con ellos actividades que les gusten.
➔ Intentad restablecer la rutina diaria que tenían antes de la llegada del nuevo hermano o hermana (los horarios de comidas y sueño, la participación en actividades extraescolares, etc.).
➔ Favoreced los contactos entre hermanos, animadles para que le hablen, le canten y le muestren su cariño.
➔ Implicadlos en algunos de los cuidados del bebé y compartid momentos en familia (por ejemplo, el momento del baño).
➔ Hacedles sentir especiales valorando todo lo que pueden hacer por sí mismos por ser mayores, y lo importante que es para el bebé tener un hermano o hermana mayor que le proteja y que le pueda enseñar cosas más adelante.
➔ Pedid a otros familiares y amigos que también pasen tiempo con ellos cuando os resulte difícil atenderles.
➔ Informad a su profesorado de la nueva situación familiar para que comprendan el posible cambio de comportamiento del menor y le puedan ayudar también a afrontarlo adecuadamente.

Finalmente, consideramos que puede resultar de gran interés resaltar algunas de las emociones que pueden manifestar los hermanos/as con su hermano/a con diversidad funcional. Las más destacadas son:

Durante la infancia:

– Desconcierto: al observar que los padres no tienen tanto tiempo para ellos y no entender las discapacidad de su hermano ni lo que esta implica.
– Malestar: por no poder compartir su tiempo y actividades con su hermano y no comprender qué le sucede.
– Celos: aunque es un sentimiento natural que pueden manifestar todos los niños, en el caso de hermanos con discapacidad se puede intensificar debido a que necesitan de más atención.
– Deseo de curación: sobre todo cuando los padres les han explicado que su hermano está “enfermo”. Las enfermedades que el niño conoce son aquellas que se pueden curar, como un resfriado, por este motivo es normal que piense que su hermano se va a curar.
– Protección: intención de proteger a su hermano ante otros niños o niñas, que en ocasiones, puede llegar a desencadenar en enfrentamientos.
– Sentimiento de diferencia: este sentimiento puede aparecer cuando el niño descubre que su familia es “diferente” a la de los demás.
– Vergüenza: los hermanos pueden tener esta reacción ante su hermano por ciertos comportamientos o estados que pueda presentar.
– Enfado: por la situación que viven o ciertas actitudes de su hermano.

Durante la adolescencia:

– Diferencia: los adolescentes se pueden sentir diferentes a su grupo de iguales debido a que tienen más responsabilidades (dadas o adquiridas), que pueden ocasionar un sentimiento de sobrecarga o tener que renunciar a ciertas actividades.
– Soledad: de no poder compartir con su hermano algunas experiencias y actividades.
– Enfado: que se puede generar por el hecho de vivir una situación diferente al resto.
– Instinto de protección:a su hermano de otras personas o situaciones.
– Vergüenza: por ciertos comportamientos o estados que pueda presentar su hermano.
– Culpa: por ver lo que “se está perdiendo” su hermano y que él o ella si puede disfrutar.

Durante la madurez:

– Parejas: puede aparecer el miedo al rechazo por parte de la pareja. También, suele ser común que en la elección de la pareja se tenga en cuenta que acepte a su hermano o hermana.
– Descendencia: aparece preocupación por su descendencia en el caso de desconocer el origen de la discapacidad de su hermano.
– Preocupación por el futuro: propio y de su hermano.
– Cuidador: algunos adquieren el papel de cuidador puesto que los padres son mayores o asumen una mayor responsabilidad y se involucran en las tomas de decisiones de los padres.
– Independencia: en ocasiones, aunque el hermano se independice decide mantener más el contacto o no irse muy lejos de la familia para poder estar más cerca de su hermano.

A todos estos sentimientos se le pueden agregar, en los tres periodos de edad, la preocupación por agradar más a los padres, exceso de responsabilidad, estrés, sentimiento de injusticia, frustración por reducción de actividades sociales o extraescolares etc.

Pero no todo son sentimientos negativos, por supuesto que también hay sentimientos positivos que los hermanos o hermanas sienten que han adquirido por su hermano o hermana menor.

Indican que la convivencia con un hermano con discapacidad les ha hecho ser mejores personas, ha supuesto una transformación positiva de sí mismos y del entorno familiar y encuentran en ellos la capacidad para adaptarse a un mundo cambiante.

Entre los aspectos positivos que pueden generar se encuentran: la comprensión, madurez, competencia, tolerancia, mayor empatía, amor, sentido de la justicia social, defensa de quienes lo necesitan, desarrollo de un sentido de protección y soporte de los otros, lealtad, comprensión y aceptación de la diferencia.

BIBLIOGRAFÍA

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