Este vídeo es una metáfora para que podamos cuestionar y confrontar aquellos miedos, inconscientes o no, que llevan tiempo limitándonos, de manera que nos ayude a confiar más en nosotros mismos.
La fábula del elefante encadenado, muestra una metáfora sobre la indefensión aprendida, la cuál se puede observar en frases como: “¿Para qué lo voy a intentar si me va a salir mal?” o “¿para qué voy a portarme bien si, de todos modos, piensan que soy malo?”
Según Martin Seligman, autor de la teoría de la “indefensión aprendida”, ésta es la condición psicológica en la que el individuo considera que no tiene ningún control sobre la situación a la que se enfrenta, generalmente debido a alguna experiencia previa de fracaso. Ante esta creencia, se piensa que cualquier cosa que se haga, se hará en vano y no cambiará nada.
Hay niños que muestran esta indefensión aprendida y suele reconocerse como aquellos niños y niñas que “no saben defenderse”. Esto puede deberse a inseguridad o una baja independencia, por lo que optan por asumir una actitud pasiva y temerosa ante situaciones que consideran peligrosas, ya que creen que hagan lo que hagan, no cambiará nada.
¿Cómo prevenir la indefensión aprendida?
- Enseñarles a valorar y defender sus motivaciones, creencias y valores, permitiéndole expresar su opinión
- Prestarle amor incondicional, incluso en aquellas situaciones en las que no se comporte adecuadamente. Hacerle entender que se le querrá, independientemente a su comportamiento, para esto se intervendrá con otras pautas, no retirando el cariño.
– Respetar su decisión y su punto de vista. De este modo, aprenderán a respetar también las de los demás y entenderán que a pesar de no compartir gustos o intereses, se debe respetar.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Seligman, M., y Maier, S. (1967). Failure to escape traumatic shock. Journal of Experimental Psychology, 74, 1-9.
Bucay. J. (2012). Déjame que te cuente: los cuentos que me enseñaron a vivir. Biblioteca BUCAY.