Tolerancia a la frustración en la infancia

La frustración es el sentimiento experimentado ante situaciones en las que no se puede satisfacer una necesidad o un deseo. No es algo que se pueda ni se tenga que evitar o prevenir, aparecerá a lo largo de su vida frecuentemente por lo que es necesario que el niño o niña aprenda a gestionar todo aquello que no espera o no quiere, aceptando que hay muchas situaciones que no puede elegir.

La frustración en muchas ocasiones, es la causa de conductas disruptivas como rabietas, insultos, gritos… Demostrar esa ira o agresividad es la forma en la que los niños y niñas demuestran que no les gusta lo que pasa o la respuesta que se les ha dado.

Los niños con baja frustración se caracterizan por: buscar satisfacer sus deseos inmediatamente, se enfadan con gran intensidad cuando no consiguen su objetivo, montan en cólera cuando no le salen las cosas bien, se muestran agresivos cuando pierden a algún juego, les cuesta aceptar un no como respuesta, tienden a ser impacientes e impulsivos, exigen a sus padres comprar o hacer lo que desean, les cuesta adaptar a los cambios…

Dado que la frustración es algo que experimentarán también de adultos, intentar que no la sufran para evitarles ese malestar, no tiene utilidad y tiene más inconvenientes que ventajas. Perdemos la posibilidad de que se vayan habituando a un sentimiento que aparecerá en un futuro y deberán aprender a manejar.

¿QUÉ PUEDEN APRENDER LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LA FRUSTRACIÓN?

 

  • Conocen que los deseos o necesidades no siempre se pueden satisfacer inmediatamente
  • Experimentar la frustración les obliga a manejar sus emociones negativas
  • Les ayuda a enfrentarse de manera positiva, autónoma y satisfactoria en las situaciones difíciles de la vida que aparezcan en un futuro
  • Aprenden que no siempre se gana y que es algo normal
  • Entrenan la solución de problemas, que mejora su fortaleza psicológica
  • Aprenden a no rendirse, a esforzarse para intentar conseguir aquello que desean, al saber que no siempre se consigue a la primera

PAUTAS PARA LA FAMILIA

  • Ser un ejemplo. Como hemos comentado en otras entradas, los adultos siempre son un referente para los niños y niñas. En los primeros años aprenden por imitación y si ven adultos que se frustran a menudo, que están enfadados, lo copiarán.
  • Trabajar la constancia, esfuerzo y rutina. Es muy importante que aprendan que conseguir ciertos logros requieren esfuerzos, por ejemplo, lo pueden aprender realizando algún deporte, preferentemente en equipo, o incluso con ir al parque al terminar todas sus tareas.
  • No intentar razonar cuando el niño o niña está enfadado. En ese momento el niño/a no va a escuchar, por lo que lo ideal es practicar la “extinción”, es decir, retirar la atención a su conducta para que el niño/a sepa que así no cumplirá lo que quiere. Razonamos con él o ella cuando esté calmado.
  • No dramatizar. Cuando algo no le salga bien, no dar demasiada carga emocional. Si hay un error, aceptarlo y pensar alternativas para mejorar y que no ocurra de nuevo. Evitar calificativos como persona, siempre dirigirlos a su conducta: en lugar de “eres malo”, decir “esto que has hecho no está bien”.
  • Enseñar la espera. Deben aprender a esperar porque habrá momentos en los que tengan que hacerlo obligatoriamente. Para ello, se puede practicar no acudiendo inmediatamente si llama o esperar sentado en la mesa hasta que esté todo listo. Se puede ir aumentando el tiempo de espera cuando vaya creciendo.

MATERIAL SOBRE GESTIÓN DE LA FRUSTRACIÓN

Para los papás y mamás, os dejamos un vídeo interesante en el que la psicóloga Begoña Ibarrola habla sobre la frustración en la infancia: https://www.youtube.com/watch?v=pynsGl5fZIc&t=368s&ab_channel=guiainfantil

Para los más pequeños, os mostramos una serie de cuentos que pueden ayudar a los niños y niñas a ir entendiendo sus sentimientos y tolerar mejor la frustración:

“Mapache quiere ser el primero” de Susanna Isern y Leire Salaberria, NubeOcho ediciones.

Recomendado para mayores de 5 años.

“¡Qué rabia de juego!” de Meritxell Martí y Xavier Salomó, editorial Almadraba.

Recomendado para mayores de 3 años.

Es muy útil para trabajar la frustración de aquellos niños y niñas que se enfadan tras perder a un juego.

“Casi” de Peter H. Reynolds, editorial Serres.

Recomendado para mayores de 3 años.

Un cuento para no desanimarse frente a burlas y hacer lo que nos hace felices. La protagonista busca hacer el dibujo “perfecto” hasta que descubre que eso no es posible.

“La niña que nunca cometía errores” de Mark Pett y Gary Rubinstein, editorial Picarona.

Recomendado para mayores de 4 años.

Permite a los niños y niñas reflexionar sobre que nadie es perfecto y es normal cometer errores y que se le deben dar la importancia que merecen, no más.

“Así es la vida” de Ana-Luisa Ramírez y Carmen Ramírez, editorial Diálogo.

Recomendado para mayores de 3 años. Este cuento permite que los niños y niñas conozcan que hay cosas de la vida que no están en sus manos. Algunas veces el día a día está repleto de alegrías e ilusiones y otras, aparecen decepciones, tristeza, frustración… aprendiendo que en algunas ocasiones no podemos conseguir todo lo que queremos y hay que aceptar la realidad.

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