La familia como modelo de aprendizaje

El aprendizaje por imitación es el primer y más antiguo modelo de aprendizaje en todas las especies. Tanto los animales como los humanos, empiezan a realizar las primeras acciones a través de la imitación: aprender a alimentarse, desarrollo del lenguaje verbal y no verbal… Con frecuencia, los niños y niñas copian la forma de hablar de su padre o madre, la manera de expresarse, incluso su tono de voz. Igual ocurre con los hábitos que los padres realizan y con las respuestas emocionales que dan ante ciertas situaciones.

Es necesario recordar el dicho “un ejemplo vale más que mil palabras” para explicar el por qué los niños imitan. No importa que se le diga al niño “sé ordenado” pero no lo vea en sus personas cercanas o “no digas palabrotas” pero las escuche. Obviamente, esto ocurre en sus primeros años de vida, posteriormente aunque el aprendizaje vicario, por imitación y observación, se sigue dando, no es el principal modo de aprendizaje. A partir de cierta edad comienzan a forjar su propia personalidad y la capacidad de razonamiento.

El psicólogo Bandura realizó un experimento sobre la violencia y la manera en la que los niños la aprenden: el experimento del muñeco Bobo.

Bandura quería demostrar sus teorías sobre la adquisición de conductas sociales como la violencia o la agresividad. Proponía que los patrones agresivos se producen desde la infancia por la imitación que los niños hacen de sus modelos y en sus entornos más cercanos (sus padres, hermanos, compañeros, maestros o en los medios de comunicación).

En el experimento del muñeco Bobo se muestra cómo los niños que observan al adulto pegando e insultando  al muñeco lo imitan de la misma manera. De la misma manera, los niños que ven cómo el adulto juega pacíficamente con el muñeco también lo imitan igual.

Bandura llegó a la conclusión, confirmando su hipótesis, de que si no exponemos a los niños a la violencia, no se es agresivo verbal, emocional o físicamente con ellos, los niños no van a ser agresivos.

Os dejamos el enlace del vídeo del experimento del muñeco Bobo.

En resumen, los niños y niñas aprenden diferentes patrones de conducta sumergidos en un proceso de desarrollo social. Es decir, observan determinados modelos de conducta que copian:

  • En sus primeros años, los modelos de los que toman los patrones, serán los adultos más cercanos.
  • Más adelante y de modo progresivo irán incluyendo nuevos modelos, como otros niños mayores, personajes de cuentos, tele, series, profesores, personajes famosos, etc.
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