Decir no de forma positiva

En ocasiones, aunque el “no” sea necesario decirlo la manera en la que se dice o el momento en el que se aplica, podría  afectar de manera negativa en el desarrollo del niño o niña. Por este motivo a continuación ofreceremos algunas alternativas para decir no de forma positiva.

La palabra “no” tiene mucha fuerza en nuestro vocabulario porque transmite un mensaje inamovible y se relaciona con rechazo y coacción. Los padres usan muchas veces la palabra no, sin ser conscientes de que pueden afectar al desarrollo emocional de sus hijos de forma negativa, disminuyendo su autoestima, limitando su libertad e impidiendo su capacidad de decisión y acción.

Para los niños el “no” es una negativa a sus deseos. Para ellos significa que quieren hacer tal cosa pero no le dejan hacerlo. Al decirles que no, el niño o niña puede sentirse  frustrado en plena etapa de reafirmación de su autonomía lo que puede conllevar a rabietas, llantos y enfados.

Aún así, a veces decir “no” es necesario, por este motivo conviene decirlo de una forma positiva  para poder lograr el mismo objetivo pero sin generar una reacción negativa en los hijos.

En resumen, es importante aprender a decirles que “no” pero ofreciendo alternativas y buscando formas positivas y constructivas de transmitir una idea.

¿Por qué decir “no” de forma positiva es necesario?

Los niños necesitan entender el porqué de las cosas, más aún si se trata de una prohibición o una negativa a un deseo. Por ello, hay que ser paciente y explicar los motivos del “no”. De esta forma entenderá y asumirá mejor esa decisión. Por ejemplo, en vez de decir “no vayas con la bici por la carretera”, podemos decir “Es mejor que vayas por la acera. Por  la carretera pasan muchos coches”.

Otro consejo sería buscar una alternativa a ese no. Por ejemplo, en el caso anterior de la bicicleta se le podría decir al niño que en vez de ir por la carretera podría montar en su bici por un amplio parque o en un carril bici.

Decir “no” a sus hijos para evitarles equivocarse, es un error (claro está siempre que esto no suponga un riesgo para su salud física). Los niños, al igual que los adultos, aprenden a base de probar y experimentar. La sobreprotección de los hijos no es una forma positiva de educar ya que les limita su autonomía y capacidad de decisión. Si el niño o niña no experimenta situaciones de las que pueda aprender de las consecuencias de sus errores, no sabrá  tomar sus propias decisiones.

Al decir no, al niño o niña se le deja claro que no debe hacer esa conducta, sin embargo, no se le da una guía de qué debe hacer. Por ello, es recomendable sustituir el no, por una opción de conducta más adecuada a ese contexto.

Por todo ello, se puede guardar el “NO” para algo especialmente importante, algo que suponga un peligro, para que le de la importancia que tiene a la palabra. Si se acostumbra a escuchar continuamente el “no”, pierde su valor. Por ello, podría ser interesante sólo utilizarlo en ejemplos como cruzar una calle sin ir de la mano, asomarse a una ventana sin protección… mientras que para otro tipo de conductas, se pueden utilizar fórmulas positivas.

Ante todo, es necesario que se sientan comprendidos y tener en cuenta que las emociones son lo más importante, así como que tienen cierto control sobre sus acciones. Al conocer esto, se les podrá dotar de responsabilidad y evitar conflictos innecesarios.

Ejemplos para decir no sin decirlo

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