Día Internacional del niño prematuro. 17 de noviembre

Un bebé prematuro es aquel con menos de 37 semanas de edad gestacional o presenta un peso inferior a los 2000 gramos. El niño prematuro nace con una “inmadurez” de sus órganos y sistemas, lo que le hace vulnerable a enfermedades y más sensible a factores externos. La gravedad de los posibles problemas futuros está relacionada con la edad gestacional (duración de la semana de gestación).

En estas condiciones, el recién nacido debe tener unos cuidados especiales para prevenir algunas consecuencias adversas a corto y/o largo plazo.

¿Qué intervenciones son necesarias o recomendables en este momento?

La primera intervención es a nivel médico, especialmente cuando la edad gestacional es inferior a 35 semanas. Esta intervención se realiza a través del mantenimiento en incubadora para asegurar el equilibrio térmico y minimizar infecciones, cuidados higiénicos, asistencia respiratoria si fuese necesario, lactancia materna inmediata y apoyo para la alimentación, así como el tratamiento de posibles complicaciones.

Por otro lado, hace años que se lleva a cabo el método madre canguro, práctica realizada ancestralmente pero que disminuyó en occidente con la institucionalización del parto. Este método se basa en el contacto piel con piel, con la madre principalmente, aunque también puede realizarlo el padre u otra persona significativa, para proporcionarle recursos (alimentación, estimulación y protección). La técnica permite cubrir tanto necesidades básicas, por ejemplo, temperatura y alimentación, como cuestiones afectivas, estableciendo un vínculo emocional. Está demostrado que este contacto hace que el bebé genere más oxitocina, propiciando una situación de calma, entre otros beneficios.

Una vez el bebé recibe el alta en Neonatología, se establece un seguimiento de su evolución y desarrollo. Dependiendo de diferentes motivos, el seguimiento puede realizarse desde pediatría en Atención Primaria, desde el propio servicio de Neonatología, desde la Unidad de Atención Infantil Temprana (UAIT) y/o mediante derivación a un Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT).

Si el bebé necesita una intervención especializada, los profesionales tendrán como objetivo principal potenciar y estimular su desarrollo e ir alcanzando hitos, siempre teniendo en cuenta su edad corregida. Esto quiere decir, la edad que el bebé tendría en el caso de haber nacido a término. Por otro lado, tienen como objetivo informar y apoyar en el proceso de intervención a la familia. En función de las necesidades del niño o niña, serán recomendables diferentes intervenciones especializadas:

Logopedia: Hay que evaluar principalmente la respiración y alimentación (succión y deglución). La coordinación del mecanismo de la respiración-succión-deglución, es muy importante para que se lleve a cabo una alimentación oral de forma eficaz, efectiva y segura y no se produzcan atragantamientos, escapes de comida al tragar, falta de fuerza al succionar el pezón o la tetina, etc. En ocasiones, en bebés prematuros algunas de estas funciones, estructuras o los reflejos orales implicados se ven alterados.

La succión es una función importante en los bebés ya que está directamente relacionada con la alimentación del niño. Esta función los bebés empiezan a coordinarla sobre la semana 32-34, puede ocurrir en prematuros que aún no sea madura y tengan dificultades para succionar y alimentarse, tanto con pecho como con biberón. En ocasiones, los bebés si cuentan con el reflejo de succión pero las estructuras implicadas no cuentan con un tono, fuerza o coordinación adecuadas, por ejemplo cuando existe escape de leche, no colocan de forma adecuada los labios o lengua, permanecen con la lengua fuera durante la succión, etc. En este caso, es también el logopeda el encargado de estimular y adecuar las estructuras para favorecer la mejora de la función de succión; además, también es primordial adecuar la posición del bebé en la ingesta, la posición del biberón, el tipo de tetina y biberón, incluso el momento y el lugar dónde se produce la ingesta.
A su vez, también se estimula la comunicación del bebé fomentando la imitación, la búsqueda de focos de sonido, respuesta a estímulos sensoriales, que responda a su nombre… objetivos compartidos desde las diferentes áreas.

Fisioterapia: desde este área se pretende detectar y/o prevenir posibles alteraciones y aconsejar sobre control postural, higiene postural, prevención de deformidades, porteo ergonómico, etc. A su vez, se tiene como objetivo mejorar las capacidades respiratorias del niño mediante fisioterapia respiratoria, si el bebé lo precisa, así como la estimulación del patrón motor del niño. También tratar específicamente las patologías que presente el niño, estimular y orientar el juego en el bebé.

Desde fisioterapia, junto con el resto de áreas, se encargan de acoger a la familia, acompañar al niño y a su familia durante su desarrollo, valorar al bebé y mejorar sus capacidades funcionales. Por último, destacar la importancia de la coordinación con los servicios sanitarios que atienden al niño y su familia

Psicología: se trabaja tanto a nivel cognitivo como emocional. Dependiendo de la edad corregida se estimulan unas áreas u otras.

En torno al mes, se busca el desarrollo del reflejo de succión, que responda a estímulos sensoriales, realice un enfoque visual o que busque la cara de las personas que están hablando. Sobre los 2 meses, se estimula el seguimiento visual de objetos en movimiento, mientras que sobre los 3-5 meses, se intenta motivarle para que alcance objetos y se gire hacia sonidos. Sobre los 6 meses, se potencia que vaya examinando juguetes, imite gestos, responda a su nombre y suelen comenzar a distinguir a extraños o reírse ante el espejo. Tanto hasta esta edad como a partir de entonces, se van revisando los hitos conseguidos y pendientes en su desarrollo para seguir avanzando.

Además de la estimulación al bebé, se realiza seguimiento, apoyo y acompañamiento emocional de la familia.

Terapia Ocupacional: El Terapeuta Ocupacional (TO) se encarga de crear ambientes adaptados y favorecer el desarrollo y la integridad de los distintos subsistemas del bebé prematuro. Tiene presente la organización neuroconductual, el desarrollo y procesamiento sensorial, la función motora y el desarrollo socioemocional que van a incidir en el desempeño ocupacional a lo largo de su ciclo vital.

En neonatología, el TO interviene en: control y modificación ambiental, asesoramiento familiar, alimentación, posicionamiento y estimulación sensorial. Se enfoca en la activación, integración y modulación de los sistemas sensoriales por su relevante función en el proceso de maduración del recién nacido.
A lo largo de su desarrollo madurativo, el TO trabaja con el niño y la familia para adquirir autonomía en las actividades de la vida diaria y garantizar la participación en el entorno social.

También existen otras intervenciones como la musicoterapia, que puede aportar beneficios en niños prematuros.

Cuando nace un bebé prematuro, hay que tener en cuenta que no están preparados para integrar todos los estímulos que reciben, sin embargo, el oído es el primer sentido que se desarrolla en el útero materno, por lo que la Musicoterapia puede ser una aliada importante a la hora de trabajar tanto con el bebé como con la familia. La voz de la madre también es el estímulo más satisfactorio que pueden recibir, por ello a través de la musicoterapia se trabaja principalmente con la mamá y el bebé, haciendo canguro (cuando es posible esto) a través de actividades musicoterapéuticas guiadas (como el uso de la voz a través del canto).

Hay que tener en cuenta que las incubadoras son como una gran caja de resonancia, en la que no solo le llegan los sonidos, sino también las vibraciones. Por este motivo hay que mantener una distancia adecuada para que los estímulos que perciben sean adecuados.

Son ya muchos los estudios científicos que demuestran que la musicoterapia ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y aumenta la saturación de oxígeno. Reduce el dolor y aumenta el reflejo de succión, tan importante tanto para alimentarse como para calmarse. También está demostrado que mejora el sueño y con ello también el aumento de peso, importante para su desarrollo en estos casos. También favorece el vínculo con la madre, pues se establece una vía de comunicación y expresión a la que relaja y calma a ambos.

Otra terapia complementaria beneficiosa es la hidroterapia, la cúal les aporta una estimulación táctil y cinestésica desgravitada similar a la recibida durante su estancia en el útero materno.

RECOMENDACIÓN GUÍA:

Guía para madres y padres de bebés prematuros tras el alta hospitalaria
https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/salud_5af9587b131f1_guia_prematuros_tras_alta.pdf

Manual para madres y padres con niños prematuros:
https://enfamilia.aeped.es/sites/enfamilia.aeped.es/files/libroprematuros.pdf

Referencias

Gómez-Papi, A., Pallás-Alonso, C.R. y Aguayo-Maldonado, J. (2007). El método de la madre canguro. Acta Pediátrica Esp, 65(6), 286-291.

Nieto-Álvarez, M. y Cid-Expósito, G. (2013). El método madre canguro: cuidados basados en la evidencia. Metas enferm, 16(6), 14-19.

Herrera, V., Faúndez, R., Moreno, B. y Gallegos, S. (2018). Aproximación al proceso de evaluación en Terapia Ocupacional en la Unidad de Neonatología. Revista de Estudiantes de Terapia Ocupacional 5(1), 1-25. ISSN: 0719-8264; http://www.reto.ubo.cl/
Rubio-Grillo, M.H. (2019) Performance of an occupational therapist in a neonatal intensive care unit. Colomb Med (Cali), 50(1): 30-39. DOI: 10.25100/cm.v50i1.2600
López-García, P. y Herrera-Gálvez, D. (2018). Papel del terapeuta ocupacional en Atención Temprana. Sanum, 3(2), 10-15.

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