Por fin se acerca el día en que vuestro bebé está preparado para irse a casa, pero… ¿y vosotros?
“Cuando volvimos a casa con nuestro bebé después de 3 semanas en Neonatología, teníamos muchas dudas pero sabíamos que siempre podríamos recurrir a los profesionales. Aunque es cierto que eché en falta tener una guía como las tantas que hay para padres pero que fuera específica de las dificultades que pueden surgir con la llegada a casa de un bebé prematuro.” (Testimonio de una madre de un bebé prematuro).
La llegada del bebé a la casa va a ocasionar una nueva reorganización familiar, como adaptar el hogar a las necesidades del bebé y establecer nuevas responsabilidades en la familia.
Para facilitar la adaptación del bebé, se debe procurar establecer en la casa el entorno y las características medioambientales de las Unidades Neonatales, con la intención de que no haya cambios bruscos que puedan afectarle. Un bebé prematuro necesita, tanto como sea posible, un entorno tranquilo, con iluminación tenue y ausente de ruidos. Un ambiente limpio y ventilado, donde se conserve el calor, sin humedad, con una temperatura constante más o menos de unos 22 grados, sin corrientes de aire. Un entorno que favorezca su crecimiento y desarrollo.
Cuidados especiales en casa:
Los bebés prematuros son muy vulnerables a las infecciones y problemas respiratorios. Por lo que, además de las medidas básicas de higiene y entorno saludable, conviene tomar las medidas preventivas siguientes:
- Mantener una temperatura cálida y agradable en casa (entre unos 21 y 25 grados), evitando los cambios bruscos de temperatura.
- Lavarse las manos con jabón y agua antes y después de tener contacto con el bebé. Asegurar que el resto de familiares y visitas realicen esta rutina también.
- Evitar el contacto con personas enfermas o que estén cursando enfermedades víricas o infecciosas, respiratorias o gastrointestinales.
- Evitar el contacto con animales domésticos.
- Evitar por completo el humo del tabaco, no dejar que se fume cerca del bebé.
- Dosificar las visitas, especialmente en las primeras semanas, evitando que vayan muchas personas a la casa y la consiguiente sobreestimulación al bebé. Evitar los lugares muy concurridos y que estén cerrados, especialmente en épocas de infecciones respiratorias.
- Prescindir, si es posible, de las guarderías durante su primer año, hasta que su organismo esté más fuerte y sea menos vulnerable a las enfermedades.
- Cumplir rigurosamente con el calendario de vacunas. Es recomendable que las personas encargadas de su cuidado también se vacunen contra la gripe.
- Alimentarle con leche materna en la medida de lo posible, es la que mejor protege al bebé mientras genera sus propias defensas.
- Por otro lado, también es importante prestar atención a sus ojos y sus oídos. Las revisiones al oftalmólogo son esenciales para prevenir y tratar a tiempo posibles problemas de retinopatía, especialmente en los prematuros menores de 32 semanas o con un peso al nacer menor a 1.500 gramos.
También destacar que la estimulación que se dé al bebé será de enorme utilidad para favorecer su desarrollo y para la formación del vínculo afectivo con él.
Algunas formas de estimular al bebé en sus primeros primeros meses son:
- Hablarle, cantarle
- Aportarle caricias y un tacto delicado. Rozar y acariciar suavemente al bebé, de manera agradable, sobre todo en los brazos y Facilita un buen desarrollo motor y psicoemocional.
- Abrazarle, ya que favorece así su tranquilidad y le ayuda a calmarse.
- Método canguro, el contacto piel con piel. Ayudará, entre otras cosas, a regular la temperatura, la respiración y el ciclo sueño‐vigilia, además de favorecer el crecimiento, de ayudar a afrontar el estrés y crear una unión.
- Cuida las posturas. Es fundamental para el desarrollo Las posturas adecuadas protegen de contracturas corporales, deformidades craneales, favoreciendo el tono adecuado y la libertad de sus movimientos. Tratar de dar prioridad a la posición en la que se encontraba en el vientre materno.
- Proporcionarle nuevos estímulos, ya sean objetos (juguetes, música, etc.) o Llevarlo de paseo en cuanto sea posible.
- Utilizar la música. La música suave sirve para estimular sus sentidos y relajarle.
- Realizar con él ejercicios específicos de estimulación que vean convenientes su pediatra o profesionales de atención
Referencias
Palacios, J., Moreno, M.C., Román, M. y Estévez, R. (2015). Guía para madres y padres de bebés prematuros tras el alta hospitalaria. Consejería de Salud, Junta de Andalucía.